lunes, 23 de junio de 2008

Día Uno

Hace algunos días que estoy muerto y confieso que el más allá se parece poco a los presentimientos. Un tipo que habitaba este rumbo de hace un par de anhos me dijo que hay que tomarla con calma: "esta es una lotería en la que no hay certezas - no sólo no sabremos si el destino nos elige, sino cuál de sus caprichos nos corresponde: un buen día uno se despierta y resulta que nos toca una reencarnación (a pesar de no haber tenido nada que ver, en toda la vida, con la India ni con su religión) o despertamos en los brazos de las huríes - nadie sabe qué creer y yo ya no creo en nada"...
Es por eso que en estos rumbos los conflictos religiosos se resuelven (quién lo hubiera pensado), no por el desencanto ateo, ni por el escepticismo científico; sino por la mera falta de confianza en dios (o en los dioses, pues el número de deidades es una de tantas dudas que compartimos en esta sala de espera)... Del tipo aquél, puedo decir que su sabiduría no era profunda pero sí muy certera: juzgado por el método católico, su tendencia a la maledicencia fue considerada blasfemia y hoy apacienta sus impaciencias en el purgatorio.

No hay comentarios.:

Dante y las gaviotas del otonho

Dante y las gaviotas del otonho